- Tras un periodo de intensa producción literaria, Lorenzo se dedicó en cuerpo y alma al que había sido su sueño de toda la vida: la constitución de una gran organización obrera de carácter nacional. La CNT, aunque aún no había nacido, se estaba forjando. Y, con ella, el arma que iba a ser el arma del proletariado en sus luchas contra el capitalismo y el Poder. Esta arma era la huelga general. Tres hombres, igualmente interesantes, la propagaron en España: José López Montenegro, Anselmo Lorenzo y Francisco Ferrer Guardia.
- López Montenegro y Anselmo Lorenzo fundaron en Barcelona «La Grève Générale», semanario que propagó la nueva táctica, y Ferrer la financió, utilizando parte de la fortuna que le legó la señorita Meunier, para que pudiera continuar su labor de revolucionario y librepensador. De 1900 a 1902, en «La Huelga General» y «Tierra y Libertad», que Federico Urales había fundado en Madrid antes de la primera huelga general en España -la de los obreros metalúrgicos en 1902 en Barcelona- eran frecuentes los artículos firmados F.F. y «Cero», que eran de Ferrer.
- Uno de los acontecimientos más importantes en la vida de Lorenzo fue sin duda su amistad con Ferrer. Ferrer le convirtió en su colaborador y en su hombre de máxima confianza. Si Ferrer fue el alma de la Escuela Moderna y de su Editorial, puede decirse que Lorenzo fue el cerebro de esta gigantesca obra, un experimento cultural y pedagógico nunca visto en España y que le costó la vida a Ferrer. Lorenzo trabó amistad con él y con su compañera, Leopoldine Bonnard, en París durante su exilio. Leopoldine era la dama de compañía de la señorita Meunier y fue ella quien convenció a su antigua amiga para que hiciera testamento a favor de Ferrer y su obra.
- Lorenzo era íntimo amigo de Charles Malato y Laurent Portet, a quienes Ferrer legó su fortuna y la misión de continuar la obra de la Escuela Moderna. Cuando Lorenzo regresó a España, Ferrer le siguió poco después. Y cuando este último fundó su Editorial, pensó en Lorenzo. Lorenzo fue también el responsable de la traducción y edición al español de «El hombre y la tierra», de Reclus; «La gran revolución», de Kropotkin; «Cómo haremos la revolución», de Pataud y Pouget; «Tierra libre», de Grave; «Psicología étnica», etc., etc.
- Cuando Barcelona vivía los días oscuros y turbulentos de la gran huelga metalúrgica de 1902, sangrientamente reprimida, Lorenzo fue detenido y pasó muchos meses en la cárcel. Fue considerado el «autor moral» de la huelga. Aunque sus actividades se volvieron cada vez más intelectuales, Lorenzo no escapó a ninguna «redada». Su casa era invadida constantemente por la policía. Es una época agitada, en la que se producen diversos fenómenos en el mundo social y político de Cataluña y España: el nacimiento del nacionalismo catalán; la acción disolvente de Lerroux, enviado como agente provocador por Moret, para contrarrestar la influencia de los anarquistas y catalanistas; el atentado de Morral contra la pareja real, etc., etc.
- Finalmente, es la Semana Sangrienta, la que asola los últimos años de Lorenzo. Su estado de ánimo queda expresado en el texto de una carta que escribió a su amigo Fernando Tarrida, que vivía en Londres. Le dice: Mi querido hermano Fernando: ¡Es maravilloso! La Revolución Social ha despegado en Barcelona, y es esa abstracción tan poco conocida, tan poco comprendida, como es esa realidad que a veces se califica de vil escoria -el pueblo al fin- la que la ha iniciado. ¡No lo ha iniciado nadie! Ni liberales, ni catalanistas, ni republicanos, ni socialistas, ¡ni anarquistas!
Este cómic fue extraído de Espoir, el periódico de la CNT-AIT de Toulouse en 1962. Ha sido reeditado en forma de cuadernillo publicado en 2006 por Perspective libertaire CNT-AIT, y próximamente está prevista una nueva edición enriquecida.