Portada del sitio > International > [es] Español > La vida de Anselmo Lorenzo en cómic [08] (1962)

La vida de Anselmo Lorenzo en cómic [08] (1962)

Martes 11 de abril de 2023

Todas las versiones de este artículo: [Español] [français]

Tras un periodo de intensa producción literaria, Lorenzo se dedicó en cuerpo y alma al que había sido su sueño de toda la vida: la constitución de una gran organización obrera de carácter nacional. La CNT, aunque aún no había nacido, se estaba forjando. Y, con ella, el arma que iba a ser el arma del proletariado en sus luchas contra el capitalismo y el Poder. Esta arma era la huelga general. Tres hombres, igualmente interesantes, la propagaron en España: José López Montenegro, Anselmo Lorenzo y Francisco Ferrer Guardia.
López Montenegro y Anselmo Lorenzo fundaron en Barcelona «La Grève Générale», semanario que propagó la nueva táctica, y Ferrer la financió, utilizando parte de la fortuna que le legó la señorita Meunier, para que pudiera continuar su labor de revolucionario y librepensador. De 1900 a 1902, en «La Huelga General» y «Tierra y Libertad», que Federico Urales había fundado en Madrid antes de la primera huelga general en España -la de los obreros metalúrgicos en 1902 en Barcelona- eran frecuentes los artículos firmados F.F. y «Cero», que eran de Ferrer.

Uno de los acontecimientos más importantes en la vida de Lorenzo fue sin duda su amistad con Ferrer. Ferrer le convirtió en su colaborador y en su hombre de máxima confianza. Si Ferrer fue el alma de la Escuela Moderna y de su Editorial, puede decirse que Lorenzo fue el cerebro de esta gigantesca obra, un experimento cultural y pedagógico nunca visto en España y que le costó la vida a Ferrer. Lorenzo trabó amistad con él y con su compañera, Leopoldine Bonnard, en París durante su exilio. Leopoldine era la dama de compañía de la señorita Meunier y fue ella quien convenció a su antigua amiga para que hiciera testamento a favor de Ferrer y su obra.
Lorenzo era íntimo amigo de Charles Malato y Laurent Portet, a quienes Ferrer legó su fortuna y la misión de continuar la obra de la Escuela Moderna. Cuando Lorenzo regresó a España, Ferrer le siguió poco después. Y cuando este último fundó su Editorial, pensó en Lorenzo. Lorenzo fue también el responsable de la traducción y edición al español de «El hombre y la tierra», de Reclus; «La gran revolución», de Kropotkin; «Cómo haremos la revolución», de Pataud y Pouget; «Tierra libre», de Grave; «Psicología étnica», etc., etc.

Cuando Barcelona vivía los días oscuros y turbulentos de la gran huelga metalúrgica de 1902, sangrientamente reprimida, Lorenzo fue detenido y pasó muchos meses en la cárcel. Fue considerado el «autor moral» de la huelga. Aunque sus actividades se volvieron cada vez más intelectuales, Lorenzo no escapó a ninguna «redada». Su casa era invadida constantemente por la policía. Es una época agitada, en la que se producen diversos fenómenos en el mundo social y político de Cataluña y España: el nacimiento del nacionalismo catalán; la acción disolvente de Lerroux, enviado como agente provocador por Moret, para contrarrestar la influencia de los anarquistas y catalanistas; el atentado de Morral contra la pareja real, etc., etc.
Finalmente, es la Semana Sangrienta, la que asola los últimos años de Lorenzo. Su estado de ánimo queda expresado en el texto de una carta que escribió a su amigo Fernando Tarrida, que vivía en Londres. Le dice: Mi querido hermano Fernando: ¡Es maravilloso! La Revolución Social ha despegado en Barcelona, y es esa abstracción tan poco conocida, tan poco comprendida, como es esa realidad que a veces se califica de vil escoria -el pueblo al fin- la que la ha iniciado. ¡No lo ha iniciado nadie! Ni liberales, ni catalanistas, ni republicanos, ni socialistas, ¡ni anarquistas!

 

Este cómic fue extraído de Espoir, el periódico de la CNT-AIT de Toulouse en 1962. Ha sido reeditado en forma de cuadernillo publicado en 2006 por Perspective libertaire CNT-AIT, y próximamente está prevista una nueva edición enriquecida.