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La vida de Anselmo Lorenzo en cómic [03] (1962)
Jueves 6 de abril de 2023
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Es curioso constatar que la mayoría de los fundadores de la Sección Española de la I Internacional -luego Federación Regional de Trabajadores de España- así como de la famosa Sección Madrileña de Tipógrafos de la Internacional -de la que nació la Unión General de Trabajadores- eran tipógrafos. Pablo Iglesias, fundador de la UGT y del Partido Socialista Obrero Español, al igual que Lorenzo, era tipógrafo. En aquella época, el proletariado tipógrafo tenía un nivel cultural superior al resto de la clase obrera. Era normal que las élites idealistas y dirigentes se reclutaran allí.
Lorenzo fue delegado por la Sección Española para representar a España en la Conferencia Internacional celebrada en Londres en septiembre de 1871. Durante esta reunión, tuvo la oportunidad de conocer a Marx y Engels. Esta conferencia sería el preludio de la división de la Internacional. Las diferencias de interpretación entre los socialistas anarquistas y los socialistas democráticos estallaron violentamente. Teóricamente, la división se refería a las dos interpretaciones del problema básico en discusión: el uso o no uso del arma política; la toma o destrucción del poder como objetivo revolucionario.
La retrospectiva de la historia nos hace ver mejor el papel desempeñado en esta división por el temperamento y el exceso de personalidad de Marx y Bakunin. Ambos son apasionados, obstinados, y ambos despliegan una actividad verdaderamente diabólica. Si Bakunin envía a Fanelli a España con una misión oficial y otra secreta, Marx lo hace también para Alemania, Norteamérica e Inglaterra, sin descuidar las relaciones con los países donde tiene menos influencia: Italia, Suiza, Bélgica, España, Francia, Rusia.
El eco de esta lucha en la Internacional llega hasta España. Tuvo eco en las sesiones del Consejo Federal y en las reuniones de la Federación, incluso antes del viaje de Lafargue a España. Lorenzo aprovechó su estancia en Londres para visitar a Karl Marx y pedirle que no provocara una escisión en la Sección Española, donde estaba intentando desarrollar una organización muy fuerte. Marx era muy consciente de la influencia moral de Lorenzo en España. Una encantadora y calurosa bienvenida espera al joven en casa de Marx. Marx hará grandes esfuerzos por seducirle en su honor.
Lorenzo se encuentra acogido en una familia judía que sabe ser muy entrañable, cuando el huésped lo merece. Durante mucho tiempo guarda el recuerdo de su visita. Unos meses más tarde, cuando conoce en Madrid a los Lafargue -que habían huido a España para escapar a la represión de la Comuna en Francia y cumplir la misión que Marx les había encomendado: organizar a un grupo de amigos que más tarde formarían el Partido Socialista Obrero Español y la UGT-, Laura Lafargue, la hija menor de Marx, le inspira una apasionada admiración.
Lorenzo, a pesar del hechizo ejercido sobre él por los Marx, habla francamente con Karl, en su nombre y en el del Consejo Federal, y le pide que abandone sus planes. Marx escucha atentamente al principio, pero luego le abruma con un torrente de elocuencia, dando rienda suelta a sus quejas y resentimientos. Acusa a Bakunin de intrigar en el seno de la Internacional, siguiendo una política personal, y reivindica su derecho a organizar, allí donde pueda, una fuerza de acuerdo con lo que crea más conveniente para los intereses del Partido que está creando internacionalmente.
Este cómic fue extraído de Espoir , el periódico de la CNT-AIT de Toulouse en 1962. Ha sido reeditado en forma de cuadernillo publicado en 2006 por Perspective libertaire CNT-AIT, y próximamente está prevista una nueva edición enriquecida.